Al abrir un libro, una revista o un sitio web la mayoría de las personas se fijan en el contenido del mismo. Es decir, en lo que el texto está contando. Tan sólo un pequeño porcentaje de gente se fijará en el tipo de letra que se ha seleccionado, pero la importancia que tiene la tipografía dentro del mundo del diseño es innegable.
Las tipografías han alcanzado en los últimos años un status de pieza indispensable en cualquier manifestación de publicidad, ilustraciones, diseño gráfico o diseño web. La elección de un tipo de fuente frente a otra no se deja al azar, sino que sigue un complejo proceso de pruebas estéticas que finaliza cuando se encuentra la elegida.
Existen multitud de familias tipográficas que nos ayudan a catalogar y distinguir una fuente de otra: Serif, Sans Serif, Egipcia, Palo seco, Decorativas…Las opciones son casi infinitas, y no paran de aparecer tipografías nuevas cada día.
A continuación vamos a determinar qué rasgos debe tener una tipografía para incluirla en un diseño de página web:
1. Legibilidad, nuestro principal objetivo
Si no se puede leer con facilidad no es la fuente que debes incluir en tu proyecto. Esto pasa en muchas ocasiones: Hay tipografías que, con las letras por separado, son alucinantes, y al emplearlas en un texto largo el resultado es desastroso. Por mucho que nos guste una fuente hay que tener en cuenta que lo más importante es que el usuario final pueda leer el texto sin dificultad. Si no es así no es la elegida.
2. Quién es nuestro público y qué es lo que le vamos a ofrecer
Como en todo proceso de diseño a la hora de realizar un boceto de una web debemos tener en cuenta qué es lo que mostramos en nuestra web y quién es el target al que queremos alcanzar: No es lo mismo desarrollar la web de un bufete de abogados que de una tienda online de juguetes. En el primer caso emplearíamos una fuente con serif (es la terminación decorativa de la fuente) como podemos ver en Times New Roman, muy empleada en textos largos. Este tipo de tipografía aporta seriedad y confianza, lo que tendría sentido para una web corporativa de una empresa que quisiera transmitir estos valores.
En el caso de una juguetería el objetivo es vender, a la vez que se transmite sensación de dinamismo y claridad. Lo importante es facilitar al usuario el acceso a los productos que quiere comprar pero sin olvidar que se trata de juegos. Una buena elección sería una tipografía Sans Serif como sería el grupo de las Arial.
3. El diseño Responsive siempre en mente
Hay numerosas fuentes que funcionan a la perfección en un diseño web visto en un portátil, pero al acceder a la página desde un Smartphone no se puede leer con facilidad. Debemos tener en cuenta todos los dispositivos desde los que el usuario va a llegar a nuestra web. Si la tipografía seleccionada no encaja con el resto de elementos que componen el diseño será necesario volver al punto de partida.
4. Juega con las combinaciones
El resultado de combinar fuentes opuestas puede aportar un valor añadido en el diseño de tu web. El uso de una fuente Sans Serif con una agrega carácter al texto y al entorno del mismo. Cuando empleamos distintos tipos en títulos o subtítulos ayudamos a que el usuario preste atención a ese contenido, a la vez que percibe una composición armoniosa y agradable, lo que suma puntos estéticos al diseño.
En resumidas cuentas, la tipografía es mucho más que letras. Es un aspecto gráfico fundamental que debe estudiarse antes de realizar cualquier diseño que contenga texto. Las características que hemos visto antes no sólo se aprecian en el diseño web, sino que se deben tener en cuenta en cualquier composición gráfica en la que esté implicada la palabra.